Autónomo o constituir una S.L

Cuando decides emprender una actividad económica, una de las primeras decisiones que debes tomar es cómo estructurar legalmente tu negocio.

Dos de las opciones más comunes son trabajar como autónomo o constituir una sociedad. Cada una de estas opciones tiene sus propias ventajas y desventajas, y la elección correcta dependerá de tu situación particular y tus objetivos empresariales.

En este artículo, exploraremos las diferencias clave entre ser autónomo y constituir una sociedad, para ayudarte a tomar una decisión.

Ser Autónomo:

Ser autónomo, también conocido como trabajador por cuenta propia, implica que tú eres el único responsable de tu negocio. Aquí tienes algunas de las características más destacadas de esta opción:

  1. Responsabilidad personal: Como autónomo, eres personalmente responsable de todas las deudas y obligaciones comerciales. Esto significa que tus activos personales están en riesgo en caso de que tu negocio enfrente problemas financieros.
  2. Control total: Tienes control total sobre las decisiones comerciales y la gestión de tu negocio. No tienes que consultar con socios o accionistas.
  3. Simplificación administrativa: La gestión administrativa y fiscal suele ser más sencilla como autónomo en comparación con una sociedad. Puedes empezar rápidamente y con menos trámites burocráticos.
  4. Impuestos personales: Como autónomo, pagarás impuestos sobre la renta de manera individual, y estos impuestos se basarán en tus ingresos comerciales. A parte del IRPF, lo más normal es que también tenga obligación de presentar declaraciones de I.V.A.

Constituir una Sociedad:

Constituir una sociedad implica la creación de una entidad legal separada de ti mismo como individuo. Aquí están algunas de las características más destacadas de esta opción:

  1. Responsabilidad limitada: Una de las principales ventajas de una sociedad es la responsabilidad limitada. Tus activos personales están protegidos, en su mayoría, de las deudas y obligaciones comerciales de la empresa. Esto significa que, en caso de problemas financieros, solo estás en riesgo de perder la inversión que hayas realizado en la sociedad.

Ahora bien, si la empresa tiene problemas de insolvencia o económicos, la persona que podría ser declarada responsable de las deudas de una sociedad mercantil es el administrador de la sociedad. Esto es importante señalarlo por cuanto en la mayoría de las ocasiones el socio mayoritario de una sociedad suele ser el administrador de la compañía.

  1. Mayor capacidad de financiamiento: Las sociedades tienen más opciones para recaudar capital, ya sea a través de inversionistas, préstamos bancarios u otras fuentes. Esto puede ayudarte a expandir tu negocio más rápidamente.
  2. Implicaciones fiscales: Las sociedades suelen tener estructuras fiscales más complejas que los autónomos. La finalidad de constituir una sociedad es orientarla como inversión a largo plazo. Una cuestión importante que debemos señalar, es que el pago total de impuestos que una sociedad paga por realizar su actividad económica en “teoría” es muy similar al que se tendría que hacer en caso de ejercer la actividad como autónomo. La única vía para reducir temporalmente el pago de impuestos en una sociedad mercantil (si lo comparamos con un autónomo) es evitar repartir dividendos.
  3. Mayor formalidad: Las sociedades requieren más trámites legales y administrativos en comparación con trabajar como autónomo. Esto incluye la creación de documentos legales, registro en el registro mercantil y cumplir con requisitos de presentación de informes.

¿Cuál podría ser la mejor opción para ti?

La elección entre ser autónomo o constituir una sociedad dependerá de varios factores, como tus objetivos empresariales, el riesgo que estés dispuesto a asumir y tu situación financiera. Aquí hay algunas pautas generales:

  • Si estás comenzando un negocio pequeño y no tienes muchas inversiones iniciales, trabajar como autónomo puede ser una buena opción para simplificar la administración y los impuestos.
  • Si planeas expandirte rápidamente, necesitas inversionistas o estás involucrado en una industria de alto riesgo, constituir una sociedad con responsabilidad limitada puede ser más adecuado para proteger tus activos personales.
  • Consultar con asesor especializado en derecho empresarial puede ser fundamental para tomar una decisión informada que se adapte a tus necesidades.

 

Como conclusión podemos decir que no existe una respuesta única para todos. La elección entre ser autónomo o constituir una sociedad es un paso importante en tu viaje empresarial y debe considerarse cuidadosamente en función de tus circunstancias individuales y metas comerciales.

Gustavo Adolfo Murillo González, abogado y economista.

Abogado fiscalista en Marbella.

Asesor fiscal en Marbella.

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